El 16 de noviembre se cumplirá un año en que una patota de sicarios asesinara a Cristian Ferreyra, campesino del Movimiento Campesino de Santiago del Estero-Vía Campesina (MOCASE-VC) papá de dos niños, ultimado frente a su familia de un tiro en su cabeza. ¿Las causas?, resistencia al avance sojero en el paraje San Antonio, en Copo. El pasado miércoles 10 se produce otro crimen. Esta vez a un campesino que se llamaba Miguel Galván y, según denuncian desde la organización, a manos de un sicario, también en medio de una disputa territorial en Paraje Simbol, al norte de la provincia de Santiago, con una puñalada al cuello que hizo que se desangrara en minutos.
Miguel Galván denunció varias veces ante la policía de Monte Quemado “amenazas de muerte y golpizas que Paulino Riso, Hortensia Valderrama y su marido Eulogio Riso patrón les venían haciendo”, dice el comunicado del Mocase y continúa reseñando que llevaron la denuncia a “la policía, la Dirección de Bosques por la tala indiscriminada de estos empresarios”, y también frente al juez “Torrelio de Monte Quemado, y ante el Comité de Crisis, que hace 15 días constató la gravedad de los sucesos contra las familias por parte de empresarios y bandas armadas comandadas por Tala Aranda”.
Luego de la muerte de Ferreyra el Mocase presentó ante el Congreso Nacional un proyecto de ley que evitaría el desalojo de familias de los territorios que ocupan ancestralmente. Nada pasó. El avance de la soja y de los empresarios que prometen progreso continúa con éxito.
UN POCO DE HISTORIA RECIENTE
En septiembre del año pasado el juez Federal de Santiago del Estero, Guillermo Molinari, solicitó la intervención del Equipo Argentino de Antropología Forense en el cementerio de la ciudad de Quimilí, departamento Moreno, donde se habrían producido enterramientos clandestinos en época de la dictadura militar. La medida del magistrado se enmarcó en el expediente caratulado “Actuaciones sobre investigación de presuntos enterramientos clandestinos en la provincia de Santiago del Estero, entre los años 1973 y 1983”. Durante esos años de terror el Intendente de Quimilí era apodado como “Don Nené”, y se trataba de José Gelid, padre del actual Ministro de Producción, Recursos Naturales, Forestación y Tierras de Santiago del Estero, Ing. Luis Gelid proveniente de una familia que se enriqueció con la explotación forestal. Quimilí, durante esos años, fue visitado asiduamente por el genocida Jorge Rafael Videla. La investigación del Equipo Argentino de Antropología Forense en el cementerio municipal arrojó como resultado el macabro hallazgo de 44 cadáveres que serían de desaparecidos.
¿IGNORANCIA O COMPLICIDAD?
El Ing. Luis Gelid, quien hoy propicia y alienta a los empresarios de Agropecuaria LAPAZ S.A. de Rosario de la Frontera (Salta), que pretenden alambrar territorios de las comunidades indígenas, es recibido por la Ministra Débora Giorgi, quien no se guarda elogios hacia él, según reporta Diario El Urbano de Santiago del Estero el 12 de agosto de este año. “Estamos muy contentos con el crecimiento industrial que se ha desarrollado en Santiago del Estero a partir del arribo de inversiones productivas” destaca la Ministra. ¿Sabrá quién era “Don Nené”? ¿Las inversiones productivas serán las de Agropecuaria LAPAZ S.A.? ¿Ignora, quizá, que los frutos de algunos éxitos se riegan con sangre indígena?
El gran cambio cultural de este proceso iniciado en 2003 es haber puesto a la política en el centro de la escena, revalorizándola y encausando la conflictividad dentro del debate sin violencia. La ampliación de derechos parece no alcanzar a los pueblos originarios que mientras esperan una ley, ven como sus compañeros son asesinados en nombre del progreso. Es urgente que el Estado, el Poder Ejecutivo Nacional, impulse una comisión investigadora para que de manera incuestionable determine que pasa en esa triple frontera de Chaco, Salta y Santiago del Estero donde se encuentra la Comunidad Indígena Lule Vilela y donde parece que la muerte, la complicidad y las tramas oscuras siguen igual que en 1976. Una comisión que llegue al núcleo duro de ese poder que mata y avasalla con la complicidad de la justicia y el poder político de esas provincias. Si el Gobierno Nacional no hace nada, será también responsable de estas muertes como ya lo son Urtubey, Capitanich y Zamora, a no ser que algún Kirchnerísta recién converso quiera culpar a Clarín o Lanata por esto.
El pasado viernes 12, para celebrar el Día de la Diversidad Cultural, frente al Palacio Pizurno, el artista Víctor Heredia logró que el estado reconociera una gran obra como Taki Ongoy, que el cantautor impulsara en soledad en 1986. Un gran homenaje a Heredia y a los pueblos originarios, que como obra artística sirve para no olvidar de dónde venimos y a quien le pertenece la tierra. Pero si no se actúa con firmeza, en la práctica, donde todavía se sigue asesinando con total impunidad, no será más que una épica vacía.
Miguel Galván denunció varias veces ante la policía de Monte Quemado “amenazas de muerte y golpizas que Paulino Riso, Hortensia Valderrama y su marido Eulogio Riso patrón les venían haciendo”, dice el comunicado del Mocase y continúa reseñando que llevaron la denuncia a “la policía, la Dirección de Bosques por la tala indiscriminada de estos empresarios”, y también frente al juez “Torrelio de Monte Quemado, y ante el Comité de Crisis, que hace 15 días constató la gravedad de los sucesos contra las familias por parte de empresarios y bandas armadas comandadas por Tala Aranda”.
Luego de la muerte de Ferreyra el Mocase presentó ante el Congreso Nacional un proyecto de ley que evitaría el desalojo de familias de los territorios que ocupan ancestralmente. Nada pasó. El avance de la soja y de los empresarios que prometen progreso continúa con éxito.
UN POCO DE HISTORIA RECIENTE
En septiembre del año pasado el juez Federal de Santiago del Estero, Guillermo Molinari, solicitó la intervención del Equipo Argentino de Antropología Forense en el cementerio de la ciudad de Quimilí, departamento Moreno, donde se habrían producido enterramientos clandestinos en época de la dictadura militar. La medida del magistrado se enmarcó en el expediente caratulado “Actuaciones sobre investigación de presuntos enterramientos clandestinos en la provincia de Santiago del Estero, entre los años 1973 y 1983”. Durante esos años de terror el Intendente de Quimilí era apodado como “Don Nené”, y se trataba de José Gelid, padre del actual Ministro de Producción, Recursos Naturales, Forestación y Tierras de Santiago del Estero, Ing. Luis Gelid proveniente de una familia que se enriqueció con la explotación forestal. Quimilí, durante esos años, fue visitado asiduamente por el genocida Jorge Rafael Videla. La investigación del Equipo Argentino de Antropología Forense en el cementerio municipal arrojó como resultado el macabro hallazgo de 44 cadáveres que serían de desaparecidos.
¿IGNORANCIA O COMPLICIDAD?
El Ing. Luis Gelid, quien hoy propicia y alienta a los empresarios de Agropecuaria LAPAZ S.A. de Rosario de la Frontera (Salta), que pretenden alambrar territorios de las comunidades indígenas, es recibido por la Ministra Débora Giorgi, quien no se guarda elogios hacia él, según reporta Diario El Urbano de Santiago del Estero el 12 de agosto de este año. “Estamos muy contentos con el crecimiento industrial que se ha desarrollado en Santiago del Estero a partir del arribo de inversiones productivas” destaca la Ministra. ¿Sabrá quién era “Don Nené”? ¿Las inversiones productivas serán las de Agropecuaria LAPAZ S.A.? ¿Ignora, quizá, que los frutos de algunos éxitos se riegan con sangre indígena?
El gran cambio cultural de este proceso iniciado en 2003 es haber puesto a la política en el centro de la escena, revalorizándola y encausando la conflictividad dentro del debate sin violencia. La ampliación de derechos parece no alcanzar a los pueblos originarios que mientras esperan una ley, ven como sus compañeros son asesinados en nombre del progreso. Es urgente que el Estado, el Poder Ejecutivo Nacional, impulse una comisión investigadora para que de manera incuestionable determine que pasa en esa triple frontera de Chaco, Salta y Santiago del Estero donde se encuentra la Comunidad Indígena Lule Vilela y donde parece que la muerte, la complicidad y las tramas oscuras siguen igual que en 1976. Una comisión que llegue al núcleo duro de ese poder que mata y avasalla con la complicidad de la justicia y el poder político de esas provincias. Si el Gobierno Nacional no hace nada, será también responsable de estas muertes como ya lo son Urtubey, Capitanich y Zamora, a no ser que algún Kirchnerísta recién converso quiera culpar a Clarín o Lanata por esto.
El pasado viernes 12, para celebrar el Día de la Diversidad Cultural, frente al Palacio Pizurno, el artista Víctor Heredia logró que el estado reconociera una gran obra como Taki Ongoy, que el cantautor impulsara en soledad en 1986. Un gran homenaje a Heredia y a los pueblos originarios, que como obra artística sirve para no olvidar de dónde venimos y a quien le pertenece la tierra. Pero si no se actúa con firmeza, en la práctica, donde todavía se sigue asesinando con total impunidad, no será más que una épica vacía.
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