domingo, 9 de diciembre de 2012

Meoni no se arrodilla, Junín sí.

Finalmente se aprobó el presupuesto 2013 para la ciudad de Junín. La forma en que se gastaran los dineros de todos los juninenses que propuso el ejecutivo local, fue votada por la mayoría del Honorable Concejo Deliberante que impuso el CoboMeonismoPRO con los 10 votos de ediles oficialistas. Un aumento de tasas del 30% es la mágica y “novedosa” forma de extraer recursos que se le ocurrió a la administración de Meoni. La creatividad al palo!

La ciudad tiene problemas. La inseguridad, que está a la cabeza de los reclamos de la ciudadanía, es creciente y no se avistan demasiadas preocupaciones del poder político. La administración Meoni se ha limitado a solicitar cambios en las cúpulas policiales y que Victor Knappe y Andres Rosa pongan la cara ante cada víctima de un ilícito. Tarea por demás de loable y solidaria, pero como decía mi abuelo Pancho: “Después que el chico se ahogó…”
Claro, que cualquiera se preguntará, ¿que debería hacer Meoni en este sentido? Bueno, primero que nada viajar menos a seguir con su rosca propia y dedicarle un poco de seriedad y solidaridad a ciertos casos. ¿Sabían que a la familia del chico atropelladlo por el patrullero no fue capaz de llamarlos siquiera?. Quizá sea un gesto simple y sin soluciones de fondo, pero que el jefe político de la ciudad se solidarice con una familia desesperada no estaría para nada mal. También podría solicitar una reunión con el Ministro Casal, abordar el tema desde el lado social. ¿Cómo impacta la pobreza en nuestra ciudad? ¿Y la falta de empleo? Mostrarle a la ciudad estadísticas serias y no un reality por la frecuencia dos de Cablevisión jugando a que adivinemos, en que esquina se robaron una moto o una bici. O bien podría solicitar una audiencia con la Suprema Corte de la Provincia y manifestarle su curiosidad por los enormes tiempos que tiene la justicia para resolver delitos y la cantidad de hechos sin culpables (ente ellos víctimas fatales). Algo. Al menos, lo que hizo cierta Senadora, que le habría sacado fotocopia a un proyecto de ordenanza de un concejal de su propio partido y lo presentó en la legislatura como propio. ¿O que tal gestionar? Pero no encerrarse en un egoísmo personalista y zigzagueante que emula lo más patético de la oposición nacional. Una especie de fuga hacia delante con tal de sostener sus dichos.
Todavía recuerdo cuando el intendente dijo en el cierre de su campaña en octubre de 2011 que no se iba a arrodillar frente al gobierno nacional, mientras un coro de obsecuentes lo aplaudían. El no se arrodilla, pero los vecinos de Junín se arrodillan cada vez que pagan un incremento de tasas, cada vez que estacionan sus autos, cada vez que en los barrios Capilla de Loreto, y Bicentenario ven una enorme estructura sin terminar que es el CIC (Centro Integrador de la Comunidad) obra para la que ya giraron los fondos desde la Nación. Se arrodillan los juninenses, los de hoy, y los de las futuras generaciones, frente al escándalo que significa el vergonzoso Relleno Sanitario. Se arrodillan en varios sectores de la ciudad cada vez que llueve y hay que andar con el agua hasta la cintura. Nos arrodillamos todos cuando asistimos incrédulos a la muerte de algún vecino que producto de una carencia absoluta de políticas serias de tránsito, deja su vida de manera repentina. Nos arrodillamos cada vez que una obra de mala calidad se ejecuta o cuando nos enteramos que están pensando en ampliar a otros barrios de Junín el estacionamiento medido, o que vamos a tener que pagar dos o tres pesos por persona (ya no alcanza con cobrar por cada auto) para ingresar a nuestro lugar más lindo que es La Laguna de Gomez. Buena forma de no arrodillarse la de Meoni, ni de embarrarse, pareciera que pisoteando la confianza que le confirió el pueblo de Junín con el voto popular.

Para Meoni, arrodillarse significa retroceder casilleros en su construcción política personal. Que concepción tan egoísta tiene esta administración sobre lo que significa presentar un proyecto concreto, gestionar ante quien corresponda y seguir con las mismas convicciones. Porque arrodillarse puede significar, quizá, bajar un rato de ese pedestal marketinero que el propio intendente mandó a construir para venderse bien ante sus potenciales aliados. Bajarse, inclinar la cabeza y escuchar a la gente. Por el contrario, la receta es la más conservadora y conocida de todas. Se aplica un aumento en las tasas a todos por igual. ¿Para qué? Para que la ciudad sobreviva y nada más. Como para ir tirando, y mañana vemos. Porque de los doscientos dos millones de pesos, tan solo dos millones se utilizarán para obra pública. Apenas si alcanza para pegarle una lavada de cara con cal a algunas fachadas de los edificios municipales. Y tan frescos en sus declaraciones, algunos funcionarios hablan que van a cambiar todo el alumbrado público del centro con leds.
En la Argentina hay una transformación que solo los necios niegan. Sin dudas el país se puso de pie y camina hacia un futuro definitivamente más alentador que el que podíamos proyectar en el 2001. Junín está perdiéndose gran parte de los avances. Y no es por antagonismos partidarios. Pergamino es una ciudad gobernada por un Intendente opositor al proyecto político Nacional, y sin embargo ha crecido y se desarrolla por encima de nuestra ciudad. Ni hablar de Chivilcoy, Chacabuco, Lincoln. Y también Saladillo o 9 de Julio (con intendentes Radicales). Aquí mismo, durante los 20 años de gestión de Miguel y en un contexto nacional de pobreza absoluta, el intendente Abel Paulino, no paró ni un minuto de gestionar, y muchos saben que no coincido ideológicamente para nada con el. Pero hay que ser justos y reconocer que Abel Miguel juntaba pis en los pasillos de la Legislatura Bonaerense, en la Gobernación, en la Cámara de Diputados Nacionales y en cualquier secretaría o ministerio. Horas y horas de espera. Viajar y volver a buscar un papel más e insistir otra vez y así… Sería bueno que los juninenses recordaran que el Centro Universitario de Junín, fue la piedra fundamental que luego se transformó en la UNNOBA. Y si hablamos de sintonía con Gobiernos nacionales o provinciales, hay que decir que Miguel lo tuvo muy poco tiempo a Alfonsín, y luego 10 años de Menemismo, más el rejunte patético que vino después hasta el 2003. Sin embargo, se las arregló para gestionar igual.  
La ciudad de Junín, lamentablemente está detenida. Los tiempos de brisa en la espalda no son aprovechados porque un grupo de hombres y mujeres solo están interesados en asegurar su futuro político, eso sí, sin arrodillarse.

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