jueves, 4 de octubre de 2012

¿La Ley del #7D o de la pluralidad?

El 58% de la opinión pública no ve en la oposición un proyecto alternativo al Kirchnerísmo. La aceptación de la gestión de Cristina Kirchner es del 49% y la intención de voto hacía ella (si hoy fueran las presidenciales) es entre el 39% y el 42% (sin dirimir aún si hay reforma a la constitución). A pesar del bombardeo sistemático de los medios dominantes, el proyecto político que propone el Gobierno Nacional goza de una salud de hierro frente a los famélicos intentos de una oposición política sumisa ante corporaciones que pierden privilegios, recitadora de editoriales, con un compuesto etario geronte y vaciada de las raíces ideológicas tradicionales.

Esa vigorosa salud puede ser boicoteada únicamente por el propio Gobierno, que al igual que un adolescente que se sabe fuerte, se da algunos lujos como viajar en la caja de una camioneta a las tres de la mañana en cueros al ritmo de Ji Ji Ji, en pleno julio. A lo sumo un resfrío pasajero o una gripe como muy grave. Nada que un par de  aspirinas no puedan solucionar.  
Sin embargo, cuando esa locurita adolescente comienza a delirar más allá de un viajecito con amigos a un recital y embriagado de vida se tira de un piso 20 bajo el lema Forever Young.... estamos ante un problema.

La ley 26522 de Servicios de Comunicación Audiovisual está vigente, salvo el artículo 161, que por obra de una cautelar presentada por el Grupo Clarín que los abogados deciden argumentar desde lo patrimonial y no con excusas como la libertad de expresión o el periodismo independiente.
La Suprema Corte de Justicia, no Cristina, ni Moreno, ni La Cámpora,  finalmente determinó que el próximo 7 de diciembre cesa esa cautelar y que el tiempo de la adecuación termina y habrá, entonces, que ajustarse a lo que la ley dice, como cualquier otro argentino, sin privilegios.

Si alguno cree que el 7 de diciembre, Barone y Barragan, en sendos corceles libertarios, al ritmo del Nunca Menos, entrarán a los estudios de TN a sacar de los fundillos al simpático ex comunista de Julio Blank o que Sandra Russo al grito de Jallalla! tomará el lugar de Lorena Maciel porque si... está un poquito equivocado, o peor aún,  muy cebado.
Nada de eso va a pasar. El Prende y Apaga no será reemplazado por un documental de Encuentro ni Peter Capusotto ocupará el lugar de Tinelli.

El viernes 7 de diciembre, la AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual), según indica el artículo 113 de la ley, debería comunicarle al Grupo Clarín y a otros que todavía no se adecuaron, que deben hacerlo. Toda otra fantasía seisieteochera es una construcción tan estúpida como la que pretende construir Clarín con sus spot onda “Corazón Salvaje”.
Para enviar esa nota, la AFSCA, tiene 30 días, y luego de la respuesta o no de los presuntos infractores, el próximo paso, y así. Porque de esa forma funcionan las cosas cuando se está a derecho.   
Pensar en que el Gobierno Nacional, a través de la AFSCA, haga otra cosa que no sea cumplir con la ley es tirarse del piso 20 con Sabbatella a upa y Dante Palma dándonos su parecer desde el punto de vista filosófico.

Por otro lado, la AFSCA, si queremos de verdad ser respetuosos de una ley tan necesaria y peleada, debería intimar a otros jugadores importantes, que por distintas razones también incumplen, como Telefónica, Sergio Spolski, Electroingeniería, y el mexicano Ángel González (Canal 9).

También para no ser obsecuentes, habría que releer con cuidado el artículo 43 de la ley para transparentar las cosas en el caso que hubiera algo irregular en la venta del Grupo Hadad (C5N, Radio 10 y 4 FM) al grupo INDALO de Cristóbal López, y lo mismo en la venta de FM Garfunkel y Moneta (FM Rock & Pop, Metro y Blue, Rock & Pop Mar del Plata, AM Belgrano y Splendid).

Otro tema será que las delegaciones de la AFSCA del Interior del país tengan un rol mucho más activo en el control de la anarquía total que son los pequeños multimedios de cada pueblo. No hace falta más que leer la ley para comprobar que la mayoría de los medios audiovisuales de las ciudades del interior hacen lo que quieren y como quieren, y en algunos casos, no por mala intención, sino por comodidad (que es más patético) no generan un solo contenido local y repiten íntegramente la emisión de algún medio capitalino, con lo que es correcto afirmar, que ni la temperatura aciertan.
Si no se controla y se pone en caja a todos los medios audiovisuales (repito, a todos) el famoso #7D es con D de DEMASIADO DISCURSO DEMASIADO DESCONTROL, y eso, atenta contra la tan ansiada diversidad y plurarilidad, con la que se ha defendido la plena vigencia de esta peleada ley. Porque sería un grave error, resumir una ley peleada por años en un simple #7D vengativo en manos de algunos Ultra Kirchnerístas recién conversos.

Una cosa parece haber arrancado bien. Sabbatella no tendrá ni un segundo, ni un tercero que controle, corrobore o informe a La Presidenta. Su propia gente será la encargada de los éxitos y los fracasos. El futuro político del ex intendente de Morón se pone sobre la mesa y por el peso mediático de la batalla que viene, un poco también se pondrá a prueba la salud de hierro del gobierno.
Será saludable no ver a nadie trepando a la terraza de un edificio.

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