viernes, 1 de febrero de 2013

Del Sel y la ideología del odio

Por Gustavo Romans
En 1999, estaba en Gral. Pico, La Pampa, por trabajo. Me consternó una noticia que circulaba por la ciudad. La noche anterior, un hombre de 40 años, tras discutir durante la cena con su concubina de 27, le arrojó sopa caliente, además de golpes, también en la cara y ´patadas a la altura de las costillas. Para esa hora de la mañana, la mujer estaba internada con infección y quemaduras en sus ojos y en la mayoría de su rostro. Realmente me indignó el hecho de imaginarme al tipo tirándole la olla con sopa hirviendo en la cara y luego, ante la total indefensión de la víctima, haberla emprendido a patadas. Me pareció espeluznante. En septiembre del año pasado, un joven de 35 años en estado de ebriedad agredió a su madre de 70 arrojándole sopa caliente en su cuerpo en la localidad de Oran en Salta. También el año pasado en marzo se produjo un hecho similar pero esta vez fue un hombre que irrumpió en la casa de su ex esposa al mediodía y en presencia de sus hijos le tiró sopa, esto fue en Benavidez, Buenos Aires.  Lo mismo, pero sin hijos de testigos sucedió en una humilde vivienda de Pontevedra, partido de Merlo, en julio pasado.
Según el Observatorio de Femicidios Adriana Marisel Zambrano, los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas pasaron de 231 en 2009, a 260 en 2010, luego aumentó a 282 en 2011 y la proyección en diciembre de 2012 crecía un 6%. Lo único positivo es que una sociedad más permeable a los debates, empieza a discutir comportamientos y reacciones que estaban aceptadas como “normales” hace pocos años. El abuso físico, el maltrato verbal y el sometimiento psicológico se escondían entre estadísticas normales.
En este nuevo marco de país, donde somos mejores que hace 10 años, donde la ampliación de derechos y la aceptación de la diversidad son política de estado, las declaraciones del cómico Miguel Del Sel (ex Candidato a Gobernador por el PRO en la Provincia de Santa Fe), son un agravio para toda la sociedad y van  más allá de los insultos a la Presidenta (uno más y ya van miles) Esta forma de pensar del ex Midachi, está absolutamente embestida en su forma de vida y demuestra desprecio por la mujer y falta de respeto a la autoridad que legítimamente pusieron en el poder amplias mayorías populares.
Sigmund Freud sostenía que en el chiste aflora el inconsciente. Lo que dijo Del Sel, lo dijo absolutamente convencido. Si tuviera la impunidad que los cobardes esperan con paciencia, de verdad le patearía a La Presidenta un plato de sopa hirviendo en la cara. Como él, también una minoría que destila odio, lo haría. Del Sel, aunque parezca increíble, buscará un cargo de Diputado Nacional con el amparo de Macri este año. Del Sel es parte de esa colonización cultural que se resiste a los cambios que mejorarían la vida de muchas personas. Sus burlas homofóbicas, a personas de capacidades diferentes, o su falta de respeto a las mujeres, colaboran para que muchas personas que lo admiran, no vean delito cuando un tipo le “da unos bifes” a su mujer. Esa intolerancia y veneno, son precisamente lo que ya no pueden controlar en público. Imagínense lo que charlan en privado. Me recuerda a ese odio de bárbaros que los agro piqueteros, cortando nuestras rutas y desabasteciendo ciudades, gritaban cuantas cosas le “harían” a la “yegua”.
Repudiable, indignante y condenable desde cualquier punto de vista. No hay disculpas para aceptarle a un retrógrado como este. Pero a su vez es saludable que muchos argentinos nos enteremos o corroboremos, que clase de personajes son estos verdaderos símbolos de una década neoliberal que se resiste a dejar sus privilegios echando mano a cualquier cosa, ante un pueblo que parece entender que hay una realidad que antes no podía, o no lo dejaban ver.

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