domingo, 30 de diciembre de 2012

2013: Menos privilegios y más derechos.

De las citas de Jauretche, la que se puso de moda entre los simpatizantes del proyecto político que conduce Cristina Kirchner es una que dice: "Ignoran que la multitud no odia, odian las minorías, porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor." Nada aportaría si digo que es una excelente forma de resumir el comportamiento de las personas que amplían sus derechos y aquellas que son puestas a jugar con las mismas cartas que los demás.
Aún cuando este proceso iniciado en 2003 haya cometido (o los siga haciendo) groseros errores, sin dudas, cuando dentro de cincuenta años, se mire hacia atrás será este periodo el de mayor transformación junto con el primer gobierno Peronista. Claro, que en el cuarenta y cinco, Perón y Evita, encararon una transformación social tan importante que los cambios culturales no se pudieron apreciar en su total dimensión, y cuando quisieron comenzar con la transformación cultural a paso firme, ya fue el tiempo de las dictaduras, de las torturas, de las complicidades, de los fusilamientos y ya no hubo lugar para nada más.
Salvo en los primeros meses de la Primavera Alfonsinista, con una UCR muy distinta a la actual, donde se intentó un proyecto político para el pueblo, entre el Peronismo del 45 y el Kirchnerísmo, no solo no hubo nada para el pueblo, sino que se llevó adelante un proceso de acumulación de privilegios en los sectores dominantes. Néstor Kirchner fue la bomba de agua que hizo el achique sobre el barco que se hundía, y a partir de 2007,  sin dejar lo social, Cristina Kirchner inaugura en el país esa parte que truncaron al con el bombardeo del 1955, y por lo que morirían tantos compatriotas: La Transformación Cultural.
Por eso desde antes de asumir, fue resistida la Presidenta. Esas minorías, saben que un proceso económico o social se revierte, pero una transformación cultural no. Lo saben porque Eva, luego de 60 años de su desaparición física, cada día vive más en los corazones de la mayoría del pueblo. Lo saben, porque fue ese periodo del 45 al 55, donde el Peronismo puso al Estado al servicio del pueblo y no como hasta ese momento para las 50 o 60 familias de doble apellido.
Este nuevo tiempo desde 2003, tiene una mochila extra: Un tercer periodo consecutivo de un proyecto Nacional y Popular (de 2003 a 2015), y doce años de persistir en ampliación de derechos, reparaciones históricas, restituciones, en cambios de paradigmas y de un estado al servicio del pueblo, son letales para las intenciones individualistas de los sectores de privilegios acumulados.
Desde el principio de su Gobierno, Cristina fue subiendo al ring a los sectores que históricamente estuvieron contra las mayorías. La cultura agroexportadora, la evasión, la cartelización de la política, la cultura privatista, la colonización cultural, la hegemonía de los medios de comunicación y los criminales que cometieron delitos de Lesa Humanidad.
Hasta ahora, el Poder Judicial, miraba atento y cuando intervenía lo hacía contra el Estado. Durante el 2013, el gran desafío del Kirchnerísmo será enfrentar a la corporación judicial. Rara especie del pacto de Olivos que pareciera no avanzar al ritmo que lo hace una sociedad madura para más cambios. Lo curioso es que, su avance a paso lento, no pareciera ser por problemas en las piernas. Se puede presumir que se aferran a sus privilegios, aún cuando su comportamiento desenmascara un profundo desprecio por las genuinas mayorías democráticas. Habrá que releer a Jauretche y avanzar en la democratización de un poder del Estado que todavía no rindió ninguna cuenta pendiente. Y vaya si las tiene.  // Salud, y buen 2013.

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